lunes, 17 de septiembre de 2007

Marcos 1:21-28

“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”
Marcos
Alex Donnelly


MARCOS 1:21-28



21 Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga,
enseñaba. 22 Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien
tiene autoridad, y no como los escribas. 23 Pero había en la sinagoga de ellos

un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, 24 diciendo: ‘¡Ah! ¿qué tienes
con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quien eres,
el Santo de Dios’. 25 Pero Jesús le reprendió, diciendo ‘¡Cállate , y sal de él!’
26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz,
salió de él. 27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí,
diciendo: ‘¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda
aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?’ 28 Y muy pronto se difundió su
fama por toda la provincia alrededor de Galilea.”

Pasajes Paralelos: Lucas 4:31-37


I. ANÁLISIS


Durante el ministerio de Cristo en Galilea, el Señor estableció Su cede en la ciudad de Capernaum (v.21a). Como buen judío, asistía a la sinagoga cada sábado, para adorar a Dios y escuchar Su Palabra (v.22b). Frecuentemente le invitaban a enseñar, y cuando lo hacía, la gente quedaba sorprendida ante Su evidente autoridad como maestro (v.22). Un día, una persona endemoniada estaba presente, y el demonio reaccionó ante la presencia de Cristo (v.23). El demonio reconoció la identidad de Cristo, y expresó miedo de ser destruido por Él (v.24). Cristo lo mandó callar y salir de la persona (v.25). Enseguida el demonio tuvo que obedecer, aunque hizo convulsionar a la persona, antes de abandonarlo (v.26). Todo esto impresionó tremendamente a la gente en la sinagoga (v.27), y resultó en que la fama de Cristo se expandiera por toda la región de Galilea (v.28).

Podríamos analizar el texto en la siguiente manera:

1. La Enseñanza de Cristo (v.21-22).

a. El Lugar de la Enseñanza (v.21) – “Capernaum”; “en la sinagoga”.
b. Los Días de la Enseñanza (v.21) – “los días de reposo”.
c. La Manera de la Enseñanza (v.22) – “les enseñaba como quien tiene autoridad”

2. El Exorcismo del Demonio (v.23-26).

a. La Descripción del Demonio (v.23) – “espíritu inmundo”.
b. Las Palabras del Demonio (v.24).
c. La Reprensión del Demonio (v.25a).
d. La Exhortación al Demonio (v.25b) – “¡Cállate y sal de él!”
e. La Obediencia del Demonio (v.26).
f. La Reacción de la Gente (v.27-28)

Quedaron Asombrados ante Cristo (v.27).
Difundieron la Fama de Cristo (v.28).



II. EXÉGESIS


NOTA CRONOLÓGICA

Lucas coloca este incidente antes de la pesca milagrosa, y el consecuente llamado de los discípulos (ver Lucas 4:31-37). En realidad, el orden cronológico no es de gran importancia. Es probable que el orden del evangelio de Marcos sea más fidedigno. Lucas lo coloca antes, para relacionarlo con la experiencia de Cristo predicando en la sinagoga de Nazaret (Lucas 4:16-30). En la sinagoga de Nazaret, Cristo tuvo que confrontar la reacción hostil de los judíos; en la sinagoga de Capernaum, Cristo tuvo que confrontar la reacción hostil de los demonios.


Verso 21

Y entraron en Capernaum…”

El nombre, “Capernaum”, significa ‘aldea de Nahum’. En el primer siglo era una ciudad importante, situada al noroeste del Mar de Galilea. Capernaum estaba cerca de una carretera principal, que corría de oeste a este; por ende, era una ciudad comercial importante.

Cristo estableció Su cede en Capernaum (comparar Lucas 4:23). Es el único lugar donde leemos que Cristo estaba “en casa” (Marcos 2:1). Lamentablemente, a pesar de dedicar mucho tiempo a los habitantes de esa ciudad, pocos se convirtieron. Por eso, más tarde el Señor condenó a la ciudad, en palabras muy duras, que leemos en Mateo 11:23-24.


y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba

La palabra, “sinagoga”, significa ‘congregación’ o ‘asamblea’. Esta institución tuvo sus orígenes durante el exilio babilónico, cuando el pueblo de Dios no tuvo acceso al culto en el templo (centrado en el sistema de sacrificios). En ese contexto, los judíos desarrollaron un culto centrado en la lectura y la exposición de la ley. Para el tiempo de Cristo, cada ciudad y pueblo tenía una sinagoga, donde los judíos se reunían dos o tres veces a la semana (principalmente los sábados), para adorar a Dios y escuchar Su palabra.

En los Diez Mandamientos, Dios exigió a los judíos guardar el sábado como ‘día de reposo’ (Ex 20:8-11). Era un día de descanso y adoración (Ex 31.17). Los fariseos inventaron una serie de leyes secundarias, para definir exactamente qué se podía, y qué no se podía hacer, los sábados.

La forma plural (“días de reposo”) apunta a una práctica del Señor (comparar Lucas 4:31). Mientras estaba en Capernaum, Cristo, como buen judío, asistía a la sinagoga cada sábado. Frecuentemente se le pedía comentar sobre la lectura de la ley asignada para ese día, y el Señor aprovechaba esas oportunidades para enseñar la Palabra de Dios.


Aunque Marcos da menos detalles que los demás evangelistas acerca del contenido de la enseñanza de Cristo, enfatiza fuertemente este aspecto de Su ministerio. En este sentido, el Señor se desenvolvió como un rabino de la época. A pesar de Su falta de preparación formal (ver Juan 7:15; Marcos 6:2-3), no solo Sus discípulos, sino el público en general, y hasta los líderes de la sociedad, lo consideraban como un rabino (ver Marcos 10:17; 12:14, 19, 32, donde el apelativo, “Maestro”, es literalmente, ‘rabino’). Evidentemente, Su reputación de ser rabino se debía al ministerio que desempeñaba.


Verso 22

Y se admiraban de su doctrina

Marcos usa este verbo (‘ekplesso’) cinco veces. Tres veces, del impacto de la enseñanza de Cristo sobre la gente en general (aquí, y en Marcos 6:2 y 11:18); una vez del impacto de la enseñanza de Cristo sobre los apóstoles (Marcos 10:26), y una vez del impacto sobre el público, de un milagro del Señor (Marcos 7:37).

El verbo viene de una raíz (‘plesso’), que significa ‘golpear’ (ver Apo 8:12, “herida”). Con la preposición (‘ek’), la implicancia del verbo que Marcos usa es ‘golpear hasta sacarlo de su casillas’; es decir, ‘sorprender’, ‘dejar atónito’.

Además de este término, Marcos usa otras palabras para describir el fuerte impacto que el Señor tuvo sobre la gente de Su tiempo:

- ‘thaumazo’ (“se maravillaban”, Marcos 5:20; 15:5, 44)
- ‘ekthaumazo’ (“se maravillaron”, Marcos 12:17)
- ‘thamboumai’ (“se asombraron”, Marcos 1:27; 10:24, 32)
- ‘ekthamboumai’ (“se asombró”, Marcos 9:15)
- ‘existemi’ (“se asombraron”, Marcos 2:12; “se espantaron”, 5:42; 6:51)
- ‘foboumai’ (“temieron”, Marcos 4:41; “tuvieron miedo”, 5:15, 33, 36;
6:50; 9:32; 10:32; 11:18)
- ‘ekfobos’ (“espantados”, Marcos 9:6)

Es evidente, que el ministerio de Cristo (tanto Su enseñanza, como Su ministerio) conmocionó a las personas que lo presenciaron. Sin embargo, esta emoción no siempre resultó en algo positivo. Aunque en algunos casos, el impacto que las personas sintieron al presenciar el ministerio de Cristo, fue el primer paso en el camino hacia una verdadera fe; sin embargo, en la mayoría de los casos, el impacto impresionante del ministerio de Cristo, fue el primer paso en ser ‘escandalizados’ por Él (Marcos 6:3; Mat 13:57; 15:12; etc.), lo que endureció a las personas en su incredulidad.

A la luz de esto, aprendemos algo importante. Milagros, en sí, no producen fe; la fe viene como una obra especial del Espíritu Santo, quien obra en la vida de una persona para que pueda responder con fe ante la Palabra de Dios. Por ende, lo que más debemos anhelar es ver esta obra del Espíritu Santo, convenciendo de pecado, y produciendo fe en Cristo.


La palabra, “doctrina”, es ‘didaje’. Esta palabra incluye tanto el contenido, como la manera en que Cristo enseñaba.


porque les enseñaba como quien tiene autoridad...”

Al escuchar a Cristo enseñar, la gente intuía Su autoridad. No hablaba como otros rabinos, simplemente citando las palabras de otros estudiosos, sino que hablaba con la autoridad de los profetas del AT – ‘así dice el Señor’.

El tema de la autoridad de Cristo es importante en el evangelio de Marcos. Aquí vemos Su autoridad como maestro. En los versos que siguen, vemos Su autoridad sobre los demonios. En Marcos 2:10, leemos de Su autoridad para perdonar el pecado. Posteriormente, vemos como el Señor imparte esa autoridad a los apóstoles (para sanar y echar fuera demonios); Marcos 3:15 y 6:7. Finalmente, en Marcos 11:28-33, vemos al Señor ejerciendo autoridad para ‘limpiar’ el templo.

NOTA: La autoridad de Cristo, como maestro de la Palabra, se debe no solo a que era el Hijo de
Dios, sino más bien a la presencia y el poder del Espíritu Santo en Su vida. Por ende, el
Señor es un modelo para todo predicador. ¡Debemos procurar predicar con la autoridad
que tuvo Cristo! Varios ejemplos en los Hechos indican que esto es posible (Hch 2:37;
4:13, 33; 6:10); ver también la experiencia de Pablo en Tesalónica (1 Tes 1:5).


“…y no como los escribas

Los “escribas” (a veces conocidos como los “intérpretes de la ley”, ver Lucas 7:30; 11:45; etc.) eran los maestros de la ley. Siguiendo los pasos de Esdras, el gran escriba del AT, estos hombres se dedicaban al estudio, a la interpretación y a la aplicación de las Escrituras del AT – especialmente de los cinco libros de Moisés. Eran muy respetados por los judíos, por su conocimiento de las Escrituras. Lamentablemente, muchas veces se dedicaban simplemente a trasmitir la tradición que habían heredado de sus antepasados, confirmando su enseñanza con citas de algunos de los grandes rabinos de su época (o de antaño).

Cristo también era conocido como ‘maestro’; sin embargo, Él enseñaba en una manera totalmente diferente. Hablaba como alguien directamente comisionado por Dios, con un mensaje autoritativo para el pueblo (ver Mateo 5:21-22a, 27-28a, 31-32a, etc.).

Lamentablemente. esta autoridad de Cristo no fue de provecho para los oyentes. Ellos reconocieron Su autoridad, pero rehusaron creer el mensaje de Cristo. Por ende, tuvieron mayor condenación (Mat 11:23-24).


Verso 23

Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con[1] espíritu inmundo

Marcos identifica la sinagoga como “de ellos”. Al hacerlo, parece establecer una distancia entre él y los judíos, un poco como lo hace el autor del cuarto evangelio (comparar Juan 2:6; 5:1; etc.). Evidentemente, para el tiempo en que Marcos redactó su evangelio, los cristianos ya no eran bienvenidos en las sinagogas de los judíos.


Resulta extraño hallar a un endemoniado en la sinagoga. No vino a la sinagoga para ser instruido, ni para ser sanado, sino para estorbar la obra de Cristo, e impedir que la gente creyera en Él. Hasta que Cristo llegó, parece que el endemoniado estaba tranquilo. Fue la presencia de Cristo (como la Luz de Dios) que provocó una reacción en el demonio.

Hoy en día, no debemos sorprendernos si hallamos personas endemoniadas en nuestras congregaciones. Satanás se encarga de meter a sus agentes en las iglesias, para causar confusión, y distraer al pueblo de Dios de la verdadera adoración (comparar 2 Cor 11:13-15; Judas 12-13).

La expresión, “espíritu inmundo” (‘pneumati akatharto[2]’), es una expresión netamente judía, para describir a un demonio[3]. Un demonio es uno de los ángeles caídos, que está sujeto a Satanás, y sirve sus propósitos, en contra de Dios. Marcos no explica por qué lo llama “inmundo”. Podría ser por las cosas malas que hacía; pero más probable es que la palabra “inmundo” debe entenderse en relación con la ‘inmundicia’ ceremonial del AT, que impedía comunión con Dios. Estos espíritus malos, por su rebeldía contra Dios, estaban permanentemente en la condición de ‘inmundos’; nunca podían gozar comunión con Dios. Matthew Henry opina que el demonio es llamado “inmundo”, porque era un ángel que había perdido toda su pureza natural, con la cual fue creado; porque obraba en contra de todo lo que el Espíritu Santo quería; y porque sus sugerencias contaminaban a la persona.


¿Cómo logró el demonio tomar control de la mente y la voluntad del endemoniado? Marcos no lo menciona, pero probablemente tuvo que ver con alguna práctica ocultista. Los demonios desearían poseerse de todos los seres humanos, para cometer toda clase de fechoría por medio de ellos; pero Dios no se lo permite. Aun siendo demonios, necesitan la aprobación de Dios para hacer algo.


que dio voces

El verbo en griego (‘anekraxen’) apunta a una emoción muy fuerte. Es la misma palabra que se usa de los discípulos, cuando gritaron al ver a Cristo caminando sobre las aguas, y pensaron que era un fantasma (Marcos 6:49). Lucas lo usa de otro endemoniado, gritando (Lucas 8:28), y también de la muchedumbre, gritando para que maten a Cristo (Lucas 23:18). Indica una forma histérica de gritar, en la cual se pierde control de sí mismo.

Notemos que la voluntad del hombre está doblegada al demonio; por ende, el que grita es el demonio (aunque usaba la boca y la lengua del hombre).


Verso 24

“¿qué tienes con nosotros…”

La expresión en griego es una traducción literal de una construcción hebrea – literalmente, ‘¿qué entre nosotros y ti?’. Esta expresión significa, ‘¿Qué tenemos en común, nosotros y tu?’ En español sería, ‘No te metas en nuestra vida’. NVI traduce, “¿Por qué te entrometes?”; DHH, “¿Por qué te metes con nosotros?”

Debemos notar el uso del pronombre plural, “nosotros” (comparar la palabra, “destruirnos”). Si el hombre estaba poseído por un solo demonio (como Marcos afirma, y el Señor indica en v.25; “le reprendió”), el plural aquí significa que este demonio estaba hablando por parte de otros demonios, con quienes se sentía totalmente identificado.
Los demonios no querían saber nada con Cristo; no esperaban ser liberados, tampoco querían ser juzgados. Sin embargo, el Señor sí tenía interés en ellos; específicamente, iba a echar a uno de ellos del cuerpo del pobre endemoniado.


“…Jesús nazareno?”

El demonio se dirige a Cristo, usando el nombre que comúnmente se usaba de Él, porque lo identificaba como aquel Jesús que fue criado en Nazaret. El uso de este nombre sería especialmente impactante, si es que el endemoniado no conocía a Cristo personalmente.


“¿Has venido para destruirnos?”

La pregunta completa sería, ‘¿Has venido a este mundo para destruirnos?’ (comparar Marcos 1:38). La pregunta contiene una mezcla de temor y desafío (comparar la reacción de los demonios en el gadareno, en Lucas 8:28-31). El demonio reconoce en Cristo al Dios Eterno, con toda Su autoridad para juzgar y condenar. Él podía ver, con sus ‘ojos’ espirituales, más que lo que la gente veía, con sus ojos naturales. Ellos lo veían solo como ‘Jesús de Nazaret’; él lo reconocía como ‘El Santo de Dios’ (ver notas posteriores).

La destrucción de los demonios era considerado, por los judíos, como una señal escatológica. En Mat 8:29, la preocupación de los demonios era que Cristo se había adelantado; que los últimos tiempos aun no habían llegado, y que por ende, si Cristo los iba a destruir, lo estaba haciendo ante del tiempo señalado. ¡Qué atrevimiento!


Sé quien eres, el Santo de Dios

Notemos el uso del singular aquí, “Sé…”. Es el demonio hablando; el único que habitaba dentro del endemoniado.

La frase, “el Santo de Dios”, no apunta a un título mesiánico, sino a la naturaleza divina de Cristo (comparar Lucas 1:35). El endemoniado reconoce en Jesús de Nazaret, no tanto al Mesías prometido, sino a Dios mismo. Esta frase solo se usa otra vez, en Juan 6:69[4]. En Marcos 3:11, los demonios describen a Cristo como el “Hijo de Dios” (otra vez enfatizando Su divinidad, y no tanto Su identidad como el Mesías); ver también, Marcos 5:7 (“Hijo del Dios Altísimo”).


¿Por qué identifica el demonio a Cristo en esta manera? Pareciera que le estuviera haciendo un favor, anunciando Su verdadera identidad. Sin embargo, sabiendo que los demonios solo obran en contra de los propósitos de Dios, habría que buscar otra explicación. Podría ser simplemente una exclamación, un tanto involuntaria, producida por el pánico de ver a Su creador y Soberano. Pero dicha explicación parece un tanto superficial. Mucho más probable es que el demonio estaba queriendo generar una confusión entre los oyentes, quienes encontrarían muy difícil creer que el hombre (Jesús) que estaba delante de ellos, enseñando en su sinagoga, era en realidad el Eterno Dios. Ante esta incredulidad, la probable reacción de los oyentes, frente al testimonio del demonio, sería desprestigiar a Cristo – que era exactamente lo que el demonio quería, y la probable razón por la cual hizo que el endemoniado se acercara a la sinagoga ese día.

Es más, al pretender identificar la verdadera naturaleza de Cristo (sabiendo que las personas no lo iban a creer), el demonio ya estaba sembrando la idea que él estaba vinculado con Cristo, en alguna manera. Esta idea echó raíces, como vemos en Marcos 3:22, cuando Cristo fue acusado de ser el espíritu de Beelzebú.


Verso 25

Pero Jesús le reprendió…”

La reacción de Cristo no se dejó esperar. Ante el vocerío del demonio, Cristo lo “reprendió” (‘epitimao’)[5]. Siempre que este verbo se usa de Cristo, apunta al ejercicio de una autoridad divina (ver Marcos 4:39; 8:33; etc.).


“…diciendo: ‘¡Cállate, y sal de él!’”

El verbo, “Cállate”, es muy gráfico. La palabra en griego es, ‘fimotheti’, que proviene del verbo (‘fimoun’) que significa, literalmente, ‘colocar un bozal’ (ver 1 Cor 9:9). A veces la palabra se usaba en el sentido de ‘silenciar’ (Mat 22:12, 34), y ese parece ser el sentido aquí.

Varias veces, en Marcos, encontramos al Señor haciendo callar a las personas, para que no divulguen Su identidad. En Marcos 1:34 y 3:12, Él hace callar a los demonios; mientras que en Marcos 1:44; 5:43; 7:36 y 8:26, el Señor ordena el silencio de las personas que fueron testigos de Sus milagros. En cada caso habría que analizar por qué ordena un silencio. Obviamente, no era porque no quería que la gente supiese de Él; sino porque al hablar (o seguir hablando), estas personas podrían poner en peligro el plan de Dios para Su vida.


Verso 26

Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia…”

Este verbo solo se usa en contextos de exorcismos (ver Marcos 9:20, 26; Lucas 9:39). La idea del verbo parece ser que el demonio provocó movimientos parecidos a una convulsión. El demonio no pudo resistir la autoridad de Cristo. Sin embargo, al obedecer, evidencia su maldad inherente, convulsionando al hombre, y pretendiendo hacerle daño, y asustando a la gente.


“…y clamando a gran voz, salió de él

Estos exorcismos fueron una señal de la presencia del reino de Dios (ver Mat 12:28; Lucas 11:20). El ‘hombre fuerte’ había sido ‘atado’, y sus bienes estaban siendo despojados (es decir, las personas que estaban bajo su yugo, estaban siendo puestas en libertad). Estos exorcismos constituían una parte esencial del propósito de la venida de Cristo, quien vino a este mundo para ‘deshacer las obras del maligno’ (1 Juan 3:8).


Verso 27

“¿Qué nueva doctrina es esta…?”

La palabra, “nueva”, es ‘kaine’, que apunta a algo nuevo, en términos de calidad. Los griegos tenían otra palabra (‘neos’), que significa ‘nuevo’, en términos de tiempo. El uso de la palabra, ‘kaine’ indica que lo que Cristo estaba enseñando no era algo totalmente nuevo (en el sentido que nunca antes se había escuchado), sino que había una calidad nueva en la enseñanza – es decir, tenía autoridad.


III. HOMILÉTICA


TEMA: “La Autoridad de Cristo

Cristo vino como un mensajero de Dios. Vino anunciando el reino de Dios. Vino a llamar a los hombres a seguirle. Vino para deshacer las obras de Satanás. Esto requirió tremendo poder y autoridad. En el ministerio de Cristo vemos un hombre ministrando con tremenda autoridad. Es todo un ejemplo para nosotros.

¿Cómo se manifestó esta autoridad en el ministerio de Cristo? Este pasaje destaca dos aspectos o manifestaciones de la autoridad de Cristo.


1. LA AUTORIDAD DE CRISTO COMO MAESTRO (v.21-22)

Dios nos ha dado las Escrituras, para que por ellas alcancemos la salvación. La estrategia de Satanás es hacer que la gente no preste atención a las Escrituras, o quede tan confundida ante ellas, que no les sirven de nada para la salvación. Esto estaba pasando entre los judíos, y Cristo tuvo que entrar a tallar como maestro, para hacer un buen uso de las Escrituras, y por medio de ellas, liberar a las personas del yugo de Satanás.

Notemos tres detalles de la enseñanza de Cristo, que vemos en este pasaje.


a. El Lugar de la Enseñanza (v.21)

Cristo desarrolló un ministerio de enseñanza. Enseñaba en las sinagogas, aprovechando de esa institución, creada para la enseñanza del pueblo de Dios. Aprovechó también las invitaciones que se les extendía para enseñar en las sinagogas.


b. El Contenido de la Enseñanza

Marcos no nos dice en qué consistió la enseñanza, pero indudablemente se centró en la exposición de la Escrituras (ver Lucas 4:16-21).


c. El Impacto de la Enseñanza (v.22)

Al enseñar, la autoridad de Cristo se dejó notar. Su forma de enseñar era muy diferente a la de los escribas:

i. Él no se dedicaba a citar a otros destacados rabinos, para dar mayor peso y autoridad a su enseñanza y exposición de las Escrituras.

ii. Él enseñaba en el poder del Espíritu Santo (que la mayoría de los escribas no tenían, por no ser personas convertidas).


El resultado de todo eso, fue que los oyentes quedaron impactados – “se admiraban de su doctrina” (v.22).


2. LA AUTORIDAD DE CRISTO COMO SALVADOR (v.23-27)

Satanás no solo procura llevar a los seres humanos a la condenación, por medio de la ignorancia de la verdad (en las Escrituras), sino por medio del control nocivo de los demonios, a quienes él usa, para mantener a las personas bajo el yugo del pecado y la maldad. Un caso específico es la persona endemoniada. Cristo vino para atar al ‘hombre fuerte’, y soltar a las personas que estaban sujetas a los demonios. Vemos la manera en que Cristo lo hizo en este caso:


a. Cristo Confronta a los Demonios (v.23-24)


b. Cristo Silencia a los Demonios (v.25a)


c. Cristo Expulsa a los Demonios (v.25b-26)


Una vez más, el impacto sobre la gente fue tremendo. Todos fueron concientes de la autoridad de Cristo, y eso les llevó a asombrarse (v.27).


Conclusión

¿Has experimentado algo de la autoridad de Cristo en tu vida?





[1] El griego es ‘en’, que es una construcción extraña. Cranfield dice que es un semitismo, y observa que Lucas emplea la forma más normal en griego, ‘ejon’ (‘teniendo’); Lucas 4:33.
[2] En los evangelios, esta palabra solo se usa en relación con demonios.
[3] Lucas usa una expresión más compleja, “un espíritu de demonio inmundo” (Lucas 4:33).
[4] Aunque la RV lee, “el Hijo del Dios viviente”, los mejores MSS antiguos leen, ‘el Santo de Dios’. Por eso, la NVI traduce en esa manera (ver BDLA, DHH, etc.).
[5] En la LXX, esta palabra se usa para traducir la raíz hebrea, ‘gara’, que apunta a una reprensión divina (ver 2 Sam 22:16; Job 26:11; Sal 80:16). ¡Esta es la contraparte de la palabra creadora de Dios (‘bara’)!

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Marcos 1:16-20

“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”
Marcos
Alex Donnelly



MARCOS 1:16-20



16 Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 17 Y les dijo Jesús: ‘Venid
en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombre. 18 Y dejando luego sus
redes, le siguieron. 19 Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo
de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban
las redes. 20 Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con
los dos jornaleros, le siguieron.”


Pasajes Paralelos: Mat 4:18-22; Lucas 5:1-11




I. ANÁLISIS

Un día, en el contexto del inicio del ministerio de Cristo en Galilea, el Señor estaba andando por las orillas del Mar de Galilea. Al parecer, era de mañana, y el Señor vio una serie de pescadores que estaban a las orillas del Mar de Galilea. Algunos estaban echando las redes al agua (v.16); otros estaban arreglando sus redes (v.19). De ambos grupos el Señor escogió cuatro personas, y los llamó a ser Sus discípulos. Ellos, sin preguntar nada, dejaron todas sus cosas, y le siguieron (v.17-18, y 20).

El pasaje puede ser dividido en la siguiente manera:


1. El Llamado de Simón y Andrés (v.16-18).

a. El MOMENTO del Llamado (v.16)
b. La MANERA del Llamado (v.17)

¿Cómo Respondieron? Dejaron todo para seguir a Cristo (v.18)


2. El Llamado de Jacobo y Juan (v.19-20)

a. El MOMENTO del Llamado (v.19)
b. El DESAFÍO del Llamado (v.20)

¿Cómo Respondieron? Dejaron todo para seguir a Cristo (v.20)



II. EXÉGESIS


Verso 16

Andando junto[1] al mar de Galilea…”

Técnicamente, Galilea no era un ‘mar’ (‘thalassa’), sino un lago (‘limne’), como lo llama Lucas (Lucas 5:1). El nombre de este ‘mar’ (“Galilea”) se deriva de la región en la cual se ubica (ver v.14). La palabra, ‘Galilea’, viene del término, ‘galil’ (hebreo), que significa ‘anillo’ o ‘círculo’. De ahí se deriva la idea de ‘región’ (comparar Mat 4:16). La palabra, “Galilea”, aparece algunas veces en el AT (Josué 20:7; 1 Rey 9:11; Is 9:1). En el AT, el lago era conocido como “el mar de Cineret” (Núm 34:11; Josué 12:3)[2]. Lucas usa el nombre de “Genesaret” (Lucas 5:1), que es la transliteración de ‘Cineret’ al griego; mientras que Juan emplea el término “Tiberias” (Juan 21:1) [3]. El nombre actual es ‘Yam Kinneret’.

Este ‘mar’ tiene unos 21 Km. de largo, y 11 Km. de ancho. Se encuentra a unos 211 m. por debajo del nivel del mar. Dado a que el río Jordán ingresa por el norte, y sale por el sur, las aguas de ese ‘mar’ son dulces.

Un comentarista (F. W. Farrar) afirma que en el primer siglo, unas 4,000 embarcaciones navegaban el Mar de Galilea: principalmente embarcaciones pesqueras, pero habían también barcos de guerra de los romanos.


“…vio a Simón y a Andrés su hermano

Marcos comprime la historia. Lucas 5:1-3, indica que ese día el Señor primero se dedicó a enseñar a la multitud, empleando la barca de Simón Pedro para hacerlo. Luego, en agradecimiento por el uso de la barca, el Señor mandó a Pedro a remar mar adentro, donde pescaron una gran cantidad de peces (Lucas 5:4-7). Fue en ese contexto, que Cristo emitió el llamado a seguirle (Lucas 5:10-11).

“Simón” era un nombre muy común en Palestina, en el primer siglo (quizá por haber sido el nombre de Macabeo, el gran héroe de los judíos, del segundo siglo a.C.). En la LXX se usaba como el equivalente al nombre hebreo, ‘Shimon’, aunque se escribía, ‘Simeón’ (ver Hch 15:14 y 2 Ped 1:1). Este hombre luego llegó a ser el líder de los discípulos, y de la Iglesia primitiva.

“Andrés” era un nombre netamente griego. Aunque Andrés es mencionado aquí, en segundo lugar, en Juan 1:40 leemos que él fue el primero en conocer a Cristo. Más bien, fue él quien introdujo su hermano a Cristo.


Estos hermanos eran de Betsaida (ver Juan 1:44), aunque en el momento de su llamado radicaban en Capernaum (Marcos 1:29).


“…que echaban la red en el mar

El verbo que Marcos usa es ‘amfiballo’. Esta es una palabra compuesta – ‘amfi’ (‘alrededor’) y ‘ballo’ (‘echar’); por ende, su significado literal es, ‘echar alrededor’[4]. En ciertos contextos (como este), significa ‘echar una red’; específicamente una red circular, cuyo propósito era atrapar los peces, encerrándolos[5]. En varios MSS antiguos de Marcos, no se emplea el sustantivo “red”; esta palabra está implícita en el uso del verbo ‘amfiballo’.

¿Por qué estaban echando la red en el agua? A la luz del pasaje en Lucas 5:1-11, estos hombres habían pasado toda la noche pescando, sin conseguir nada. Si estaban echando la red en el agua ahora, no era para pescar (aunque a primera vista, el uso del verbo, ‘amfiballo’, podría implicar eso), sino probablemente para limpiarla (comparar Lucas 5:2, “lavaban sus redes”)[6].

NOTA: Es interesante notar que Cristo vino a estos hombres, no cuando estaban en el templo, o ocupados en algún ejercicio espiritual (orando, leyendo la Biblia, etc.), sino cuando estaban ocupados en sus quehaceres cotidianos. Podemos comparar el llamado de Amos, cuando éste era boyero (Amos 7:14-15).


Verso 17

Venid en pos de mí…”

El mensaje general, acerca del reino de Dios, y la importancia del arrepentimiento y fe (v.15), es seguido por una aplicación especifica de este mensaje a algunos hombres en particular. Esta es una característica del mensaje de Cristo. Siempre tiene que haber una aplicación específica; nunca puede quedar simplemente a un nivel general.

NOTA: El llamado de Cristo era claramente para que estos hombres sean Sus discípulos. Es
interesante notar que cuando Cristo estaba buscando personas para formar Su escuela de
futuros líderes y predicadores del evangelio, sobre quienes dependería la evangelización
del mundo, no fue a una de las escuelas rabínicas, sino al Mar de Galilea. No fue a buscar a personas enclaustradas, separadas del mundo; sino a hombres que estaban inmersos en las responsabilidades de la vida cotidiana. Cristo estaba buscando hombres prácticos; no grandes eruditos (aunque Juan llegó a ser conocido como el ‘teólogo’, y su evangelio demuestra una gran capacidad intelectual).

Para ver lo que ‘ir en pos de Cristo’ implica, comparar Marcos 8:34ss. Es interesante comparar el llamado de Eliseo, por parte de Elías (1 Rey 19:19-21).


“…y haré que seáis pescadores de hombres

El Señor usa la palabra, “pescadores”, como metáfora de ‘evangelistas’. En este caso, los ‘peces’, vendrían a se los seres humanos, y la ‘red’, sería el evangelio. La gran diferencia es que el pescador termina matando a los peces, mientras que el ‘pescador de hombres’ concede a los ‘peces’ vida eterna.

NOTA: Cristo no llama a las personas simplemente a una vida contemplativa, sino a una vida de actividad y trabajo; no los llama a ser observadores, sino participantes en Su misión.
Posteriormente, Cristo les enviará a una misión, modelada sobre la Suya.


En Mateo 4:19, las palabras son, “os haré pescadores de hombres”. Marcos añade el verbo, ‘genesthai’, que significa ‘llegar a ser’. Cristo no nos llama simplemente a hacer algo, sino que nos llama a una vida de formación, para que lleguemos a ser algo. El llamado de Cristo no es simplemente a una actividad, sino a una transformación de vida, que resulta en una actividad fructífera.


Verso 18

Y dejando luego sus redes, le siguieron

La palabra, “luego” (‘euthus’), debería ser traducida, ‘inmediatamente’ o ‘al instante’ (“Y dejando al instante las redes, le siguieron”, BDLA). Apunta a una obediencia decidida. Esta es la clase de obediencia que Dios exige, y que nos conviene (ver Gén 22:1-3).

Marcos afirma que dejaron sus “redes”. La palabra que él usa aquí es ‘diktuo’, que es la palabra genérica para redes de pescar (ver nota 5). En Lucas 5:11, el evangelista es más enfático; dice que dejaron todo.

NOTA: Aquí tenemos uno de los requisitos fundamentales de ser un discípulo de Cristo - la
disposición de dejar todo, para seguirle y obedecerle. La manifestación del reino, y la
realidad eterna que se aproxima, lo exige.

Posteriormente, Pedro hace referencia a este momento, cuando dice, “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido” (Mat 19:27). La respuesta de Cristo apunta a una recompensa de gran valor (Mat 19:28-29), indicando que nadie que deja algo por seguir a Cristo, sufre una pérdida.


Aquí tenemos la primera evidencia en Marcos de la tremenda autoridad de Cristo, y el poder de Sus palabras. Su palabra impacta en el corazón de las personas, y les lleva a dejar todo, para seguirle, dedicando sus vidas totalmente a Su servicio.

Sin embargo, debemos recordar que este no fue el primer contacto que Cristo tuvo con Simón y Andrés. Meses antes, Simón y Andrés acudieron al llamado de Juan el Bautista; fueron bautizados por él, y al parecer llegaron a ser sus discípulos. Luego Juan los presentó a Cristo, y así se dio el primer contacto entre el Señor y estos dos hermanos. Marcos no menciona nada de esto, pero está descrito en Juan 1:35-42. Posteriormente, acompañaron a Cristo en algunos de Sus viajes, incluyendo las bodas de Caná, donde presenciaron la conversión del agua en vino. Incluso, probablemente participaron en el ministerio inicial del Señor (Juan 3:22; 4:1-2).

Cuando Cristo volvió a Galilea, y comenzó a desarrollar Su ministerio en esa localidad, parece que estos dos hermanos volvieron a la pesca. Fue en ese contexto que se dio el incidente de la pesca milagrosa (Lucas 5:1-11), que es parte del contexto de este llamado a dejar todo, para seguir a Cristo.


A pesar del contacto previo que tuvieron con Cristo, esta decisión de dejar todo, para seguir a Cristo, es impresionante. Cristo no era un rabino conocido. No había estudiado en alguna escuela rabínica. Era un simple carpintero. ¿Por qué estos hombres dejaron todo por seguir a Cristo? Indudablemente tuvo que ver con el anuncio del reino de Dios que Él estaba haciendo (v.15), juntamente con ciertas evidencias que confirmaban la veracidad de este mensaje. Aquí vemos cómo la llegada del reino de Dios transforma la existencia humana, estableciendo nuevas prioridades en la vida de cada persona que lo acepta por fe.

Reflexión: ¿Hasta qué punto el reino de Dios afecta nuestro diario vivir? Un peligro, como
creyentes, es que nos conformamos a los valores de este mundo, y no buscamos, como primera prioridad, el reino de Dios. Nuestra fe en el reino de Dios se evidenciará por el sacrificio que hacemos por ese reino.


Verso 19

“…vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano…”

Lucas 5:10 indica que estos dos hermanos eran ‘socios’[7] de Pedro (¿y Andrés?); comparar Lucas 5:7. La forma en que Marcos describe a estos dos hermanos da la impresión que Jacobo era el hijo más importante; Juan es mencionado en segundo lugar, como siendo de menor importancia.

Jacobo fue el primero de los discípulos de Cristo que murió, asesinado por Herodes (Hch 12:1-2), por el año 44 d.C. Juan fue el más longevo de los discípulos. Vivió hasta casi el fin del primer siglo, y murió en la ciudad de Éfeso.


“…también ellos en la barca, que remendaban las redes

Según Cranfield, la primera frase debe ser traducida, ‘también en la barca’; la idea siendo que, tal como Simón y Andrés estaban en una barca, así también Jacobo y Juan estaban en una barca. BDLA traduce, “los cuales estaban también en la barca” (que da la impresión que los cuatro estaban en una sola barca, aunque Lucas 5:2 indica que habían dos barcas)[8].

El verbo, “remendaban”, traduce una palabra en griego (‘katartizo’), que significa ‘hacer listo’, ‘alistar’. En relación con ‘redes’, este verbo puede significar ‘remendar’, ‘limpiar’, ‘doblar’, etc. En otras palabras, incluye todo lo que era necesario para alistar las redes para otro día de pesca.


Verso 20

Y luego los llamó…”

Recordemos que el verbo, ‘llamar’ (‘kaleo’), y sus derivados (‘llamados’, ‘klesis’, ‘kletos’), están repletos de significado teológico. Significa mucho más que ‘alzar la voz’; contiene la idea de ‘elegir’ (ver Is 41:9; Rom 8:30; 9:11, 24; etc.). Marcos no está diciendo simplemente que un día Cristo alzó la voz, y les dirigió la palabra; más bien, está diciendo que los escogió, y los llamó a una nueva vida. La eficacia del ‘llamado’ divino se ve en la reacción de estos dos hombres.

NOTA: Un verdadero discípulo no es alguien que simplemente se ofrece seguir a Cristo, sino
que es profundamente conciente de haber sido escogido y llamado por Dios.


“…y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros…”

Aunque Jacobo y Juan dejaron a su padre, los evangelios indican que su madre fue una de las personas que apoyó el ministerio de Cristo (ver Mat 27:55-56). En esa cultura, sería imposible que una esposa haga esto sin el aval del esposo; lo que indica que Zebedeo no se opuso al llamado de sus hijos.

La palabra, “jornaleros”, se usa en una variedad de contextos[9]. La palabra en griego es ‘misthotos’, que significa ‘alguien que trabaja por un salario’ (‘misthos’ significa ‘recompensa’ o ‘salario’). Esta persona se distingue de un ‘socio’, quien comparte las ganancias.

La pesca era una industria importante en Galilea, en el primer siglo. La impresión que tenemos aquí (especialmente por el detalle de “jornaleros”), es de cuatro personas, que estaban asociados en una empresa de pesca. Por ende, estos cuatro discípulos probablemente pertenecían a lo que podríamos llamar la ‘clase media’ de Galilea (comparar el detalle que tenemos en Mat 27:55-56).


“…le siguieron

Es decir, comenzaron una vida de compromiso con Cristo, como Sus discípulos. Un compromiso que iba a cambiar sus vidas para siempre.


CONCLUSIÓN

“El llamamiento de Jesús viene todavía a aquellos que están en sus trabajos diarios, supedita todas las otras lealtades y las reclama para cumplir la misión de Dios en el mundo. Algunas veces el llamamiento requiere que dejemos nuestro trabajo secular y que sigamos al Señor Jesús. Para la mayoría, él nos llama para encontrarlo en medio de nuestro trabajo, y seguirlo allí” (R. Brown, p. 22).




III. HOMILÉTICA


TEMA: “El Llamado al Servicio Cristiano

El evangelio es predicado a todos por igual (v.14-15). Todos tienen que arrepentirse y creer el evangelio; luego, todos tienen que tener la disposición de servir a Dios. Sin embargo, a algunas personas, Dios llama a un servicio particular – a tiempo completo. ¿Cuáles son las características de este llamado? ¿Qué implica este llamado?

En este pasaje, podemos notar TRES elementos del llamado de Cristo al ministerio.


1. EL LLAMADO VIENE A PERSONAS TRABAJADORAS

Dios nunca llamó a una persona ociosa. Moisés estaba cuidando ovejas en el desierto; Samuel estaba sirviendo a Dios en el santuario; David estaba pastoreando las ovejas de su padre, etc.

Aquí vemos a Cristo llamar a cuatro personas. Eran pescadores. Habían pasado toda la noche pescando (Lucas 5); ahora estaban limpiando las redes (v.16, 19). A ellos Cristo los llamó para una vida de servicio.

¿Estamos ocupando bien nuestro tiempo? ¿Somos personas trabajadoras?


2. EL LLAMADO REQUIERE FORMACIÓN

Dios llama a personas a servirles; pero estas personas necesitan ser preparadas. Moisés, Samuel, David…todos tuvieron que ser preparados por Dios para el ministerio.

Cristo llamó a cuatro pescadores. Tenían la disposición de trabajar; sin embargo, les hacía falta ser discipulados por Cristo. Por eso los llamó a seguirle, para que aprendieran de Él (v.17). Luego, ratificó este llamado, invitándoles a estar con Él (Marcos 3:14).

¿Reconocemos nuestra necesidad de ser formados? ¿Estamos dispuestos a ser discipulados?


3. EL LLAMADO IMPLICA SACRIFICIO

Servir a Dios siempre implica un sacrificio. Abraham tuvo que dejar su tierra; Moisés tuvo que dejar Egipto; David tuvo que dejar a su padre.

Cuando fueron llamados por Cristo, estos cuatro pescadores tuvieron que dejar su trabajo, su negocio, sus padres, etc. (v.18, 20).

¿Estamos dispuestos a hacer un sacrificio para servir a Dios? ¿Estamos dispuestos a dejar ciertas cosas para poder dedicarnos al ministerio?


Conclusión

Aunque tengamos que dejar muchas cosas para servir a Dios, Él se encarga de recompensarnos…De todos modos, servir a Dios constituye un enorme privilegio.

[1] La expresión en griego es un tanto extraño – ‘paragon para ten thalassan tes Galilaias’. El verbo (‘paragon’) es compuesto – ‘para’ (‘al lado de’) y ‘ago’ (‘ir); significa, ‘andar al lado de’. Por ende, la segunda palabra (‘para’, ‘al lado de’)), parece ser una redundancia. De todos modos, el cuadro es claro – Cristo estaba caminando por las orillas del Mar de Galilea.
[2] Al parecer, el nombre “Cineret” se deriva de la palabra ‘harpa’, por la forma que tiene el lago; aunque otros afirman que este nombre se deriva de un pueblo antiguo que estaba situado a las orillas del lago.
[3] Este nombre se deriva de la ciudad de Tiberias, fundada en 20 d.C., por Herodes Antipas; ciudad que se hallaba en la orilla occidental del Mar de Galilea. El nombre proviene del emperador romano que estaba reinando en la fecha en que se fundó la ciudad.
[4] En algunos MSS antiguos, se emplea el verbo simple (‘ballo’), seguido por el sustantivo ‘amfiblestron’, que significa ‘una red’ (comparar Mat 4:18, en griego).
[5] Trench distingue entre tres palabras que se emplean en griego para ‘red’. El término genérico es ‘diktuon’. Esta palabra se usa de una gran variedad de redes (incluyendo redes que se empleaban para atrapar pájaros – ver Prov 1:17, en la LXX). Esta es la palabra que el NT usa con mayor frecuencia (ver Marcos 1:19; Lucas 5:2, 4; Juan 21:6). ‘amfiblestron’ es un término más específico, y denota una red circular, que se echaba de una barca, o por un pescador, parado en el agua (ver Mat 4:18). La tercera palabra es ‘sagene’, que indicaba una red larga, que se jalaba detrás de la barca. Esta palabra se emplea en la parábola de la red (Mat 13:47-48).
[6] A la luz de este detalle de lavar las redes, Edersheim postula que la noche anterior había sido tempestuosa, y que por ende, no solo no habían pescado nada, sino que ahora sus redes estaban sucias, y en necesidad de ser remendadas.
[7] La RV traduce, “compañeros”. La palabra en griego es ‘koinonos’, que conlleva la idea de ‘socios’ en una empresa (ver BDLA).
[8] NVI, “que estaban en su barca”; DHH, “que estaban en una barca”.
[9] En Juan 10:12, 13, se usa de pastores de ovejas (“asalariado”); en Mat 20:2, se usa de trabajadores en la chacra (“obreros”).

martes, 11 de septiembre de 2007

Marcos 1:14-15

“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”
Marcos
Alex Donnelly


MARCOS 1:14-15



14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: ‘El tiempo se ha cumplido, y el
reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio’”


Pasajes Paralelos: Mateo 4:12-17; Lucas 4:14-15



I. ANÁLISIS


Marcos pasa del fin de la tentación de Cristo al inicio de Su ministerio en Galilea. Al hacerlo, pasa por alto varias semanas de ministerio (ver notas exegéticas sobre el v.14). El ministerio de Cristo en Galilea comenzó cuando Juan el Bautista fue encarcelado por Herodes. Su ministerio consistió en el anuncio del “evangelio del reino de Dios” (v.14b). Marcos destaca cuatro elementos fundamentales del mensaje de Cristo – dos afirmaciones, y dos reacciones (v.15):

1. El tiempo se ha cumplido.
2. El reino se ha acercado.
3. Hay que arrepentirse.
4. Hay que creer el ‘evangelio’.



II. EXÉGESIS


Verso 14

Después que Juan fue encarcelado[1]…”

Marcos no explica por qué Juan fue encarcelado. Estos detalles los hallamos en Lucas 3:19-20, Mat 14:3-4, y Marcos 6:17-18. El Herodes que arrestó a Juan, fue Herodes Antipas, el hijo de Herodes el Grande (el que ordenó la matanza de los niños de Belén), gobernador de Galilea y Perea. Herodes Antipas era un hombre divorciado. Su primera esposa fue la hija del rey nabateo, Aretas IV. Se divorció de ella, para casarse con Herodias, la esposa de su hermano Felipe. Juan el Bautista, en su llamado al pueblo a arrepentirse de sus pecados, hizo mención del pecado de Herodes; cosa que provocó la ira de Herodes Antipas, quien ordenó el encarcelamiento de Juan. Como afirma F. F. Bruce, “Juan el Bautista atrajo sobre sí la ira de Antipas porque denunció su segundo matrimonio como ilegal; dice Josefo (Ant 18.118) que Antipas temía que la gran multitud de pueblo que seguía a Juan pudiera transformarse en una revuelta”[2].

Al denunciar el pecado del rey Herodes, Juan estaba corriendo un tremendo riesgo. ¿Por qué lo hizo? Humanamente habría sido más sabio callar, y solo hablar del pecado de Herodes en privado. Sin embargo, aun Herodes necesitaba escuchar el mensaje de Juan, acerca de la venida del reino de Dios. ¡Aun Herodes necesitaba ser salvo! Con tremendo coraje, Juan señaló el pecado de Herodes (quizá como una señal de los tiempos en los cuales vivía, y una evidencia de la necesidad general de un verdadero arrepentimiento), y terminó pagando un precio muy alto por su fidelidad a Dios y al evangelio.

¿Estamos nosotros dispuestos a sufrir por el evangelio? ¿Estamos dispuestos a señalar el pecado de personas en altos puestos (sea en la Iglesia o en la sociedad), aun cuando esto podría afectarnos personalmente?


NOTA CRONOLÓGICA

En su intento de resumir la vida de Cristo, Marcos pasa por alto los eventos que ocurrieron entre la tentación de Cristo, y el comienzo de Su ministerio en Galilea. Estos eventos son narrados por Juan, en Juan 1:29 – 4:42, e incluyen los siguientes elementos importantes:

- El primer contacto entre Cristo y algunos de Sus futuros discípulos (Juan 1:29-51).
- El primer milagro de Cristo en las bodas de Caná (Juan 2:1-12).
- La primera limpieza del templo (Juan 2:13-22).
- Una serie de señales que el Señor hizo en Jerusalén, durante la fiesta de la pascua (Juan 2:23-25).
- La entrevista con Nicodemo (Juan 3:1-36).
- La entrevista con la mujer samaritana (Juan 4:1-42).
- La sanidad del hijo de un hombre noble (Juan 4:43-54)

Juan 3:24 indica que cuando Cristo habló con Nicodemo, Juan aun no había sido encarcelado. El retorno que hizo a Galilea, en ese tiempo, se debió a dos factores:

El comentario que estaba circulando al respecto de que Él estaba haciendo y bautizando a más discípulos que Juan (Juan 4:1-3).
La verdad de que un “profeta no tiene honra en su propia tierra” (Juan 4:43-44).

Sin embargo, Juan 4:54 indica que para esta fecha Cristo aun no había comenzado el ministerio que Marcos describe en Marcos 1:14. Por ende, quizá debemos incluir los eventos narrados en Juan 5 a esta etapa preliminar en el ministerio de Cristo, que se desarrolló principalmente en Judea.


Sería útil, ahora, establecer un orden cronológico de eventos, tomando en cuenta los datos que cada evangelista ofrece:

- Cristo deja Galilea, por primera vez, y se dirige a Judea para ser bautizado por Juan (Marcos 1:9-11).
- Cristo va al desierto de Judea, y es tentado por Satanás (Marcos 1:12-13).
- Cristo vuelve del desierto a la zona del Jordán, y unos días después viaja a Galilea, para atender las bodas en Caná (Juan 1:43; 2:1).
- De Caná vuelve a Capernaum, por unos días (Juan 2:12).
- Luego, vuelve a Judea, para atender la fiesta de la Pascua (Juan 2:13); durante esta estadía en Jerusalén, limpia el templo (Juan 2:14-22), y hace muchos milagros (Juan 2:23).
- De Jerusalén viaja al Jordán, y comienza a desarrollar un ministerio en paralelo con el de Juan el Bautista (Juan 3:22-23).
- Ante el interés que los fariseos de Jerusalén comenzaron a mostrar en Él, Cristo vuelve a Galilea (Juan 4:1-3), haciendo un alto en Samaria, para predicarles el evangelio (Juan 4:40, 43).
- En Galilea, es bien recibido (Juan 4:45), hace una visita a Caná (Juan 4:46a), y luego baja a Capernaum, donde sana el hijo del noble (Juan 4:46b-54).
- Vuelve a Jerusalén para celebrar otra fiesta espiritual (Juan 5:1).
- Luego de todo esto, habiendo escuchado que Herodes había encarcelado a Juan (Mat 4:12), el Señor se retira a Galilea, y comienza a desarrollar un ministerio sistemático en esa región (Marcos 1:14-15, y paralelos).


NOTA: El encarcelamiento de Juan es descrito en Lucas 3:19-20, pero evidentemente este relato no está en su ubicación cronológica correcta (ver notas anteriores).

El lapso de tiempo entre Marcos 1:13 y 14 es de dos o tres meses (ver Juan 1-4).


“…Jesús vino a Galilea…”

Luego del encarcelamiento de Juan, el Señor se dedicó a trabajar en Galilea. Hay que notar, que al retirarse de Judea (donde había estado hasta este momento), el Señor no estaba huyendo de Herodes Antipas, sino entrando en el territorio de este rey. Lucas añade el detalle importante que Cristo vino a Galilea “en el poder del Espíritu” (Lucas 4:14).

NOTA: Aunque Juan el Bautista denunció el pecado de Herodes, no leemos que Cristo lo haya
hecho. Sin embargo, sería inconcebible que el Señor tuviera miedo de hacer lo que Juan
hizo. Por ende, es probable que Cristo haya hablado del pecado de Herodes, en algún
momento; solo que los evangelios no lo mencionan. De todos modos, aun si no hubiera
denunciado el pecado de Herodes, no habrá sido por miedo[3], sino por no querer
arriesgar el ministerio que recién estaba comenzando. El ministerio de Juan ya estaba a
su fin – el Mesías se había manifestado; por ende, Juan estaba listo para morir. Sin
embargo, el ministerio de Cristo recién estaba comenzando, y era necesario ser
prudente, para no provocar una muerte prematura.

Otro punto es que hasta este momento, Cristo era poco conocido en Galilea; por ende,
cualquier comentario que Él haya hecho acerca del matrimonio de Herodes Antipas no llegaría a sus oídos, o no le importaría (por la poca fama que Cristo tenía hasta ese momento).


Galilea estaba en el norte de Palestina. Era la zona que rodeaba el Mar de Galilea (ver mapa bíblico), aunque principalmente al lado oeste. Como ya hemos mencionado, Galilea era la jurisdicción de Herodes Antipas. Mateo 4:15, describe a Galilea como “Galilea de los gentiles” (a la luz de Is 9:1-2); esto se debe a la gran influencia de gente pagana en esa parte de Israel. Por tener mucho contacto con personas gentiles, los judíos de Jerusalén consideraban a los judíos que radicaban en Galilea como ignorantes e ‘inmundos’. Sin embargo, fue en esta parte de Palestina que el Señor desarrolló la mayor parte de Su ministerio (comparar 1 Cor 1:26-29).

¿Por qué el Señor dedicó tanto tiempo al ministerio en Galilea? Comentaristas ofrecen una variedad de respuestas. Algunos afirman que era simplemente porque el Señor era de Galilea; pero tal respuesta sería demasiado superficial. Más probables explicaciones incluyen las siguientes:

1. Para cumplir Is 9:1-2.
2. Por la clase de gente que vivía en esa zona (a la luz de 1 Cor 1:26-29).
3. Porque siendo una zona influenciada por gentiles, Cristo podía estar en Israel, pero desarrollar un ministerio que alcanzaba ‘las naciones’.
4. Porque era una zona más tranquila para trabajar, en el sentido de que Su ministerio ahí no despertaría tantas pasiones nacionalistas (como sería el caso en Judea).
5. Porque en esa zona no entraría en tanto conflicto con las autoridades religiosas (p.e. fariseos y sacerdotes) y seculares (p.e. los saduceos y el sanedrín).


“…predicando el evangelio del reino[4] de Dios

A la luz de la nota cronológica que hemos visto anteriormente, es obvio que este no fue el momento en que Cristo inició Su ministerio de predicación. Hay que tener cuidado, entonces, con esos comentaristas que afirman que cuando Juan fue silenciado, Cristo comenzó a desarrollar Su ministerio. Esto sencillamente NO ES CIERTO. Lo que ocurre aquí no es el inicio de la predicación de Cristo, sino el inicio de Su predicación sistemática en Galilea[5].

Sin embargo, lo que sí es cierto, es que aunque Herodes Antipas silenció a Juan, no silenció la Palabra de Dios. Porque en la brecha que él dejó, Cristo continuó anunciando la llegada del reino de Dios. Como Pablo dijera posteriormente, “la palabra de Dios no está presa” (2 Tim 2:9).


El mensaje de Cristo se centró en ‘el Reino de Dios’[6]. Por ser un tema fundamental en la enseñanza de Cristo, es importante entenderlo claramente. El Antiguo Testamento afirma que Dios es rey sobre toda la tierra (Sal 47:7; Jer 10:7). Sin embargo, dado a que la ley de Dios solo fue dada a Israel (por medio de Moisés), la manifestación del reino de Dios se limitó a los judíos. De todos modos, la esperanza del AT era que en el futuro, el reino de Dios se manifestaría plenamente, sobre todo el mundo, luego de una intervención milagrosa de Dios en la historia (Is 24:23; Zac 14:9). Dan 2:44 predice esto, indicando el momento en que se daría, “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.

Este verso está hablando, en realidad, del reino eterno de Dios, que se dará en los últimos tiempos, cuando Cristo venga por segunda vez. Sin embargo, las profecías de Daniel 2, indican que iba a haber un inicio de este reino, durante el tiempo del cuarto imperio (es decir, del imperio romano).

Cuando Cristo vino, Dios ya estaba reinando sobre todo el mundo; el Señor lo sabía (Mat 5:35; 11:25; 10:29). Sin embargo, cuando Él proclamó “el evangelio del reino de Dios”, tenía en mente el reino escatológico de Dios. Con la primera venida de Cristo, ese reino escatológico de Dios comenzó a manifestarse. Esa es la clara enseñanza del Señor, en Lucas 11:20. Las sanidades, las expulsiones de los demonios, la enseñanza autoritativa de Cristo, y los demás aspectos de la enseñanza de Cristo, indicaron que en Su Persona, el reino escatológico de Dios se estaba manifestando (ver Mat 12:28; Lucas 17:21)[7]. Cristo llamó a la gente a creer estas ‘buenas noticias’ (“evangelio”), y a arrepentirse, para que puedan ser partícipes de ese reino.

NOTA: Hay que tener cuidado de no interpretar la palabra “evangelio”, aquí, a la luz del resto
del NT. En Rom 1:16-17, Pablo también habla del “evangelio”; pero en ese
caso, la palabra “evangelio” se refiere a la muerte redentora de Cristo, y a la
justificación que tenemos por fe en Él. Obviamente, este no era el “evangelio” que
Cristo predicó al inicio de Su ministerio. El “evangelio” de Cristo era simplemente las
‘buenas noticias’ del cumplimiento de la esperanza del AT, acerca de la intervención de
Dios en la historia, para establecer Su reino.


Verso 15

“…diciendo, ‘El tiempo se ha cumplido…”

El plan de Dios para la salvación del mundo tiene un horario preestablecido. Pablo habla de esto en Gál 4:4, “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo…” (ver Efe 1:10). Al comienzo de Su ministerio sistemático, Cristo enfatiza que el tiempo determinado por Dios se ha cumplido, y que Dios está poniendo en marcha la manifestación de Su reino.

Para entender este plan de Dios habría que estudiar todo el AT, y específicamente las profecías concernientes a la venida del Mesías y el establecimiento del reino de Dios. En la visión de las Setenta Semanas, en Dan 9:24-27, tenemos un resumen de este plan de Dios. Desde la orden de reconstruir la ciudad de Jerusalén (dado en los tiempos de Nehemías), hasta los días del Mesías, iban a haber 7 ‘semanas’ + 62 ‘semanas’ (un total de 69 ‘semanas’, de siete años cada ‘semana’; haciendo un total de 483 años. Ese tiempo se estaba cumpliendo, y el plan de Dios se ejecuta al pie de la letra.


Debemos notar que hay dos palabras en griego, que se pueden traducir, ‘tiempo’. Una es ‘cronos’, que es ‘tiempo’ considerado como una simple secuencia de minutos (es decir, tiempo cronológico; ver Mat 2:7). La otra es ‘kairos’, que significa ‘tiempo’ oportuno; es decir, ‘el momento apropiado para hacer algo’ (comparar Lucas 4:13, donde la palabra que Lucas usa es ‘kairos’; ver también Ecle 3:1-11). Esta es la palabra que Marcos usa aquí. Al usar esta palabra, lo que está diciendo no es simplemente que la fecha y la hora de la intervención de Dios había llegado, sino que el momento oportuno para hacerlo había llegado (dada las condiciones en las cuales el pueblo de Israel estaba viviendo, la ‘pax romana’[8], etc.). Sin embargo, ese momento histórico era oportuno, no simplemente, por las condiciones reinantes en ese tiempo, sino porque Dios así lo había determinado. “Es la decisión de Dios que hace que un momento en particular, o un período de tiempo, sea kairos; un tiempo lleno de significado” (Cranfield, p. 63)[9].


“…y el reino de Dios se ha acercado

El mensaje de Cristo es muy parecido al mensaje de Juan el Bautista (ver Mat 3:2). La única diferencia, quizá, es que en la Persona de Cristo (con los milagros que Él hizo, etc.), el reino de Dios ya estaba presente. Como R. Brown afirma, “El reino estaba cerca porque estaba comenzando a manifestarse en el ministerio de Jesús. Su cercanía era como la salida del sol cuando empieza a romper el alba” (R. Brown, p. 17). Por ende, si el mensaje de Juan se centró en ‘arrepentimiento’, el de Cristo se centró en ‘evangelio’.

¿Cómo hemos de entender la frase, “se ha acercado”? A la luz de las palabras anteriores, “El tiempo se ha cumplido”, algunos toman estas palabras como un paralelismo sinónimo, y por ende aplican a la frase una interpretación temporal; es decir, que el reino de Dios se ha acercado en tiempo (es decir, ‘está por manifestarse’). Sin embargo, es probable que debemos interpretar las palabras, “se ha acercado”, en un sentido espacial (geográfico), y no temporal. Decimos esto, porque de las 35 veces que este verbo (‘eggizo’) se usa en el NT, 24 de ellas tiene un sentido espacial. Además, las otras dos ocasiones en que Marcos emplea este verbo, el verbo claramente tiene un sentido espacial (ver Marcos 11:1; 14:42).

Si aceptamos que la frase, “se ha acercado” debe entenderse en un sentido espacial, el significado sería que en la Persona de Cristo, el reino de Dios se ha acercado a la humanidad.


arrepentíos y creed en el evangelio

‘Arrepentimiento’ y ‘fe’ son las dos respuestas fundamentales del hombre ante la presencia de Dios. Pablo habla de ellas en Hch 20:21; ver también Heb 6:1.

Por lo general, en el NT, la salvación depende de tener fe en Dios, o fe en Cristo (ver Juan 14:1). Sin embargo, aquí el Señor habla de creer las buenas noticias que Él trae acerca de la manifestación del reino de Dios[10].

Los judíos vivían con una tremenda expectativa de la manifestación del reino de Dios sobre la tierra. Era una de sus oraciones tradicionales (“Que venga tu reino durante nuestra vida”). Para ellos, la manifestación del reino de Dios es lo que la Segunda Venida es para el creyente. Por ende, el anuncio que en la Persona de Cristo ese reino se estaba manifestando, eran tremendas noticias, y el Señor pide que la gente crea ese ‘evangelio’.


III. HOMILETICA


En esta oportunidad, les ofrecemos tres alternativas para un mensaje expositivo sobre estos dos versos:


TEMA 1: “El Ministerio de Cristo


Todo creyente es llamado a desarrollar un ministerio, según el don que Dios nos haya dado. La pregunta es, ¿cómo debemos desarrollar un ministerio? En este pasaje tenemos el modelo de Cristo, como Siervo de Dios. ¿Cómo fue el desarrollo de Su ministerio? Podemos notar tres aspectos del ministerio de Cristo, como ejemplo para nosotros.


1. Fue un Ministerio Oportuno

Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea…diciendo, ‘El tiempo se ha cumplido…’” (v.14, 15)

Cuando Juan fue silenciado, Cristo comenzó una nueva etapa en Su ministerio…
Cristo desarrolló Su ministerio en Galilea, en un momento crucial en la historia del pueblo de Israel…
El ministerio de Cristo coincidió con el tiempo preestablecido por Dios…


2. Fue un Ministerio Declarativo

“…predicando el evangelio de Dios, diciendo ‘El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado…”

El ministerio de Cristo se centró en el anuncio del reino de Dios; de la intervención decisiva de Dios en la historia, para poner orden, y deshacer las obras de Satanás, en preparación para la manifestación de Su gobierno.


3. Fue un Ministerio Exhortativo

“…diciendo:…arrepentíos y creed en el evangelio

A la luz de la manifestación del reino de Dios, Cristo exhorta a los hombres a hacer dos cosas importantes:

i. Arrepentirse de sus pecados, malas formas de pensar, etc.
ii. Creer las buenas noticias del reino de Dios.



TEMA 2: “El Mensaje Cristiano


Introducción

Vivimos en días de gran confusión. Una de las confusiones es acerca del mensaje Cristiano. ¿Cuál es el mensaje que debemos proclamar? ¿Liberación de estructuras de injusticia? ¿Sanidad del alma? ¿Prosperidad material?

Para establecer el mensaje que debemos predicar, una buena cosa es considerar el mensaje que Cristo proclamó, tomando en cuenta el contexto en el cual vivía. Aquí debemos hallar algunas pautas acerca del mensaje que debemos predicar.

Podemos analizar el mensaje de Cristo en TRES partes:


1. “Dios Ha Intervenido en la Historia

el reino de Dios se ha acercado

La intervención de Dios se centra en el establecimiento de Su reino.

i. Las profecías del AT acerca del reino de Dios…
ii. El anuncio de este reino en el ministerio de Cristo (sustentado por Sus obras de milagros, etc)…


2. “Hoy es Día de Salvación

el tiempo se ha cumplido

Juan anunció que el reino de Dios estaba por llegar. Cristo anunció que ya había llegado (en Su Persona). Las implicancias eran muy serias. Si el momento de la intervención de Dios había llegado, entonces era el día de salvación. Este día de la gracia y el favor de Dios no podía ser menospreciado, sino aprovechado hasta lo máximo.


3. “Hay que Arrepentirse y Creer

arrepentíos y creed en el evangelio

El mensaje de Cristo enfatizó una doble responsabilidad del ser humano. Dios ha intervenido; pero el ser humano no podía adoptar una actitud pasiva frente a ese hecho, y esperar que Dios haga todo, frente al gran enemigos Satanás, y para poner fin a la injusticia, etc. Más bien, el ser humano tiene que hacer dos cosas, según Cristo:

i. Arrepentirse…
ii. Creer…



TEMA 3: “Las Grandes Verdades del Cristianismo

Vivimos en un mundo de muchas mentiras. Satanás es el ‘padre’ de las mentiras. Cristo vino para traernos la verdad. Esta verdad la hallamos en Su predicación. En este resumen del mensaje de Cristo encontramos tres grandes verdades del cristianismo.


1. La Soberanía de Dios

El tiempo se ha cumplido…” (v.14)

Dios es soberano sobre toda Su creación. Es soberano sobre las vidas de todo ser humano. Es soberano sobre los eventos que ocurren en la tierra. Toda la historia es una manifestación de la soberanía de Dios. Desde la caída del hombre Dios viene ejecutando Su plan de salvación. Con la venida de Cristo, el tiempo de la redención había llegado.


2. La Gracia de Dios

el reino de Dios se ha acercado” (v.15)

Cuando la raza humana cayó en pecado, Satanás vino a ser el ‘príncipe de este mundo’. Dios mantuvo la soberanía absoluta; sin embargo, el reino de Satanás se manifiesta en mucha injusticia, sufrimiento, etc. El plan de Dios es restaurar Su reino en forma visible, salvando al hombre de los efectos negativos del reino de Satanás. Dios no tenía que hacerlo. El ser humano no se lo pidió. Dios lo hizo como una manifestación de Su gracia (Efe 1:3-6).


3. La Responsabilidad del Hombre

arrepentíos y creed en el evangelio” (v.15)

La soberanía de Dios no anula la responsabilidad de todo ser humano. Esta responsabilidad es doble: tiene que arrepentirse de su pecado (mala forma de vivir, pensar, actuar, etc.), y tiene que creer las ‘buenas noticias’ que vienen de Dios.



NOTAS

[1] Debemos notar que el verbo que Marcos usa es ‘paradidomi’, que significa ‘entregar’ (ver Marcos 3:19; 9:31). Por ser un verbo bastante genérico, muchas veces se añaden palabras para explicar el sentido en el cual se está usando el verbo. En este caso, Marcos podría haber añadido las palabras, ‘eis fulaken’ (‘a la cárcel’), como Lucas lo hace en Hch 8:3. Marcos no lo hace, quizá, para guardar un paralelo entre Juan, siendo entregado a la cárcel, y Cristo siendo entregado a las autoridades (ver Marcos 9:31; Hch 3:13).
[2] F. F. Bruce, ‘Herodes’, en Nuevo Diccionario Bíblico, J. D. Douglas y N. Hillyer, eds., p. 597.
[3] Posteriormente, Cristo describió a Herodes Antipas como, “aquella zorra” (Lucas 13:31-32).
[4] Varios MSS antiguos omiten las palabras, “del reino”. Por ende, varias traducciones modernas también omiten estas palabras, traduciendo ‘el evangelio de Dios’ (BDLA, DHH). Si aceptamos esto, las ‘buenas noticias’ serían ‘de Dios’, en el sentido de ‘proveniente de Dios’, y no tanto ‘acerca de Dios’ (otros ejemplos de la frase, ‘evangelio de Dios’, incluyen Rom 1:1; 15:16; 2 Cor 11:7; 1 Tes 2:8,9; 1 Ped 4:17). En las notas exegéticas, seguimos el texto de la RV, por considerar que, a pesar de la evidencia de los MSS antiguos, hay bastante evidencia para indicar que el mensaje central de Cristo (y las ‘buenas noticias’) tenía que ver con el reino de Dios, como lo indica el v.15 (comparar Mat 4:23).
[5] Juan Calvino describe el ministerio inicial de Cristo en Judea como el período de la mañana que describimos como el ‘amanecer’ (es decir, cuando la luz del día ya se nota, pero el sol aun no aparece); mientras que este ministerio en Galilea lo compara con los primeros rayos del sol.
[6] En el evangelio de Mateo, la frase que se usa es ‘el reino de los cielos’. El concepto es el mismo, solo que Mateo sustituye “Dios” por “cielos”, según la costumbre de los judíos de reemplazar el nombre de Dios, en señal de reverencia.
[7] Aunque el Señor también hablaba del reino de Dios como algo que aun estaba por venir (ver Mat 6:10; Lucas 22:18).
[8] Que permitió la pronta expansión del evangelio en todo el imperio romano, cuando los apóstoles comenzaron a predicar el evangelio.
[9] En Gál 4:4, Pablo usa el sustantivo, ‘cronos’; mientras que en Efe 1:10, emplea ‘kairos’. Swete explica la diferencia en esta manera – en Gál 4:4 Pablo tiene el orden de los eventos en mente, mientras que en Efe 1:10 está pensando más en la ‘economía’ divina (es decir, la dispensación de los tiempos preestablecidos por Dios). Las dos palabras se usan juntas, en Hch 1:7, indicando que Dios está en control de ambas cosas.
[10] Aunque el texto en griego dice ‘pisteuete en to euaggelio’, es probable que aquí Marcos usa una forma hebrea de expresarse (‘creer en…’). Por ende, sería mejor traducir simplemente, ‘creed el evangelio’ (DHH, “acepten con fe sus buenas noticias”).

lunes, 10 de septiembre de 2007

Marcos 1:12-13

“Comentario Analítico, Exegético y Homilético”
Marcos
Alex Donnelly


MARCOS 1:12-13

12 Y luego el Espíritu lo impulsó al desierto. 13 Y estuvo allí en el
desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las
fieras; y los ángeles le servían
.”


Pasajes Paralelos: Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13


I. ANÁLISIS


Luego de ser bautizado, el Espíritu Santo llevó el Señor al desierto. Ahí entró en conflicto con Satanás, quien lo tentó durante cuarenta días. Mateo y Lucas narran, en detalle, tres de las tentaciones que Cristo experimentó en esos días (Mat 4:1-11; Lucas 4:1-13). Marco no menciona esos detalles; simplemente afirma que durante ese tiempo, el Señor estuvo rodeado de animales salvajes, y contó con el servicio de los ángeles.

Podemos dividir el texto en tres secciones:

1. El Impulso del Espíritu (v.12)

2. La Tentación de Satanás (v.13a)

3. El Ministerio de los Ángeles (v.13b)




II. EXÉGESIS


Verso 12

Y luego el Espíritu le impulsó al[1] desierto

Es interesante notar que lo primero que el Espíritu Santo hizo fue llevar a Cristo al desierto. El verbo, “impulsó” (‘ekballo’) es dramático[2]. El verbo simple, ‘ballo’, significa ‘tirar’ o ‘echar’ (Marcos 1:16). La preposición (‘ek’), significa ‘fuera de’. Por ende, el verbo ‘ekballo significa (literalmente) ‘echar fuera’. Este verbo se usa frecuentemente de ‘echar fuera’ demonios (Marcos 1:34, 39; etc.). Se usa también en el sentido de ‘despedir’ a personas (Marcos 1:43). Marcos lo usa del Señor sacando a ciertas personas de una habitación (Marcos 5:40).
Aquí se usa del Espíritu Santo impulsando al Señor a ir al desierto. Aunque apunta a un impulso fuerte y enérgico, no se debe entender que Cristo puso resistencia a la dirección del Espíritu Santo. Cristo siempre se sometía a los impulsos del Espíritu, por ser algo que indicaba la voluntad del Padre. En este caso, lo que Marcos indica, es que el impulso fue inusualmente fuerte.

Pero, ¿por qué el Espíritu Santo impulsó al Señor al desierto? Indudablemente, fue porque el Espíritu Santo sabía que esa era la voluntad del Padre. Tal como el Hijo no hizo nada, que no haya sido la voluntad del Padre, así actuó el Espíritu Santo. ¿Cuál era la voluntad del Padre en este momento? Según Mat 4:1, Cristo fue enviado al desierto para ser tentado por Satanás[3]. Sin embargo, podríamos decir que la voluntad del Padre era que el Señor tuviera un tiempo de preparación espiritual para el ministerio, lejos de las cosas del ‘mundo’ (por ende, los cuarenta días de ayuno). Lo que pasó fue que Satanás aprovechó ese tiempo para tentar a Cristo, en forma malévola, tratando de impedir el cumplimiento de Su ministerio.

LECCIÓN: Muchas veces, cuando nos proponemos buscar más a Dios, encontramos mayores
Obstáculos y tentaciones por parte de Satanás.


Verso 13


Y estuvo allí en el desierto cuarenta días…”


La estadía de Cristo en el desierto duró cuarenta días[4]. Cristo no fue tentado durante la totalidad de esos cuarenta días; sin embargo, estos cuarenta días constituyeron un período específico de tentaciones muy fuertes.


“…y era tentado por Satanás

Marcos solo ofrece un resumen de lo que pasó durante esos cuarenta días; no describe las tentaciones. Para mayores detalles de las tentaciones mismas, ver Mat 4:1-11 y Lucas 4:1-13.

El verbo (‘peirazo’) significa ‘probar’. Se usa en el sentido objetivo, de probar la calidad de algo; es decir, practicar una prueba externa, para evidenciar la calidad de algo[5]. Sin embargo, también se usa en el sentido subjetivo, de ‘poner a prueba’ (algo o alguien); es decir, practicar una prueba interna, para ver la reacción de algo o de alguien. Este segundo uso del verbo puede ser positivo o negativo. Cuando se usa en el sentido positivo, la idea es ‘probar’ algo o a alguien, para evidenciar lo bueno que eso es (ver Juan 6:6; Heb 11:17). Cuando se usa en el sentido negativo, la idea es ‘probar’ algo o a alguien, para inducirle a cometer un acto pecaminoso; en este caso, la palabra es traducida ‘tentar’ (ver Marcos 10:2; 12:15). Satanás es el ‘tentador’; Dios nos ‘prueba’ (ver Sant 1:13-14).

Aquí el verbo se usa en el sentido negativo. Obviamente, lo que Satanás quería hacer era inducir a Cristo a cometer algún pecado. En el cielo, no se le habría ocurrido a Satanás tratar de hacer esto. Sin embargo, ante la realidad de la encarnación de Cristo, Satanás procuró hacer caer al Señor en pecado. ¿Era factible esto? Es decir, ¿podría Cristo realmente haber cometido un pecado? Para una respuesta detallada, ver Apéndice (p. 29).

Este incidente de la tentación de Cristo debe ser analizado a la luz de textos como Heb 2:18; 4:15. Dios el Padre permitió que Cristo sea ‘tentado’, para que Él pueda ayudarnos cuando somos tentados por Satanás. Así que, ¡tenemos mucho que aprender de las tentaciones de Cristo!


La manera en que Marcos escribe da la impresión que Cristo fue tentado a lo largo de los cuarenta días (comparar Lucas 4:2); sin embargo, Mateo parece indicar que la tentación ocurrió al final de los cuarenta días de ayuno (Mat 4:2).

NOTA: Luego de un momento de gran bendición espiritual (la unción del Espíritu Santo, y las
palabras del cielo), vino un tiempo de gran prueba espiritual. Estas dos cosas muchas
veces van de la mano en la vida cristiana. Ver la experiencia de Pablo, en 2 Cor 12:7.


Juan afirma que Cristo vino para deshacer las obras de Satanás (1 Juan 3:8). Aquí, al comienzo de Su ministerio, Satanás trató de derrotar a Cristo, por medio de las tentaciones. Sin embargo, en vez de derrotar al Señor, él mismo sufrió una derrota, a manos de Cristo, quien luego volvió del desierto en el poder del Espíritu Santo (Lucas 4:14), listo para evidenciar Su victoria, sanando a los enfermos, echando fuera a los demonios, y predicando el evangelio del reino (ver Lucas 11:14-22, especialmente v. 20).

Este tiempo de tentación se dio en el “desierto”. Esto es interesante, porque el desierto es un lugar solitario, donde uno espera tener mayor comunión con Dios. Sin embargo, lejos del ‘mundo’, y las tentaciones de la ‘carne’, Cristo es terriblemente tentado. Esto muestra que ningún lugar está libre de tentaciones.


La tentación de Cristo fue promovida por nada menos que Satanás mismo[6]. ¿Quién es este personaje?

Aunque algunos ‘modernistas’ o ‘liberales’ niegan la existencia de Satanás, la Biblia lo afirma con toda claridad. Satanás fue, originalmente, un gran ángel (“querubín grande, protector”, Ezeq 28:14), y era llamado ‘Lucero’, que significa ‘hijo de la mañana’ (Is 14:12). Aparentemente, fue la máxima expresión de la creatividad de Dios (Ezeq 28:12-13). Sin embargo, el mismo poder y hermosura de Satanás, lo llevaron a caer en el orgullo y la vanagloria. Queriendo ser igual a Dios, se rebeló contra Él, y cayó en pecado (ver Is 14:13-15; Ezeq 28:16). Con él, se rebelaron hasta una tercera parte de todos los seres angelicales (Apo 12:3-4).

A partir su caída, Lucero vino a ser ‘satanás’. Esta palabra viene de un término en hebreo, que significa ‘adversario’ (1 Crón 21:1; Job 2:1). Otro de sus nombres es ‘diablo’ (griego), que significa ‘acusador’ o ‘calumniador’ (Apo 12:10-12). Los dos nombres aparecen juntos en Apo 12:9.



y estaba con las fieras…”

La preposición que Marcos usa es interesante; es la palabra ‘meta’, que significa ‘en medio de’ o ‘entre’ (ver Marcos 1:20; 2:16, 19; etc.). La versión BDLA traduce, “y estaba entre las fieras’; DHH traduce, “viviendo entre las fieras”.

El término, “fieras” (‘terion’), significa ‘bestias’ (Heb 12:20) o ‘animales salvajes’ (Sant 3:7). En Apo 13-20, esta palabra se usa varias veces, tanto del anticristo (la ‘Bestia’), como del falso profeta. Una creencia judía era que el desierto estaba habitado por demonios (comparar Lucas 8:29; 11:24), y algunos intentan relacionar estos animales salvajes con los demonios. Sin embargo, esta interpretación no es probable.

¿Qué animales estarían en el desierto? Podríamos señalar chacales, lobos, serpientes, escorpiones, y hasta leopardos.

Marcos es el único evangelista que nota este detalle. ¿Cuál es su significado? Algunos afirman que apunta al peligro y a la desolación en la cual Cristo se halló durante estos cuarenta días. Otros dicen que esta frase debe ser entendida como una indicación de la ausencia total de compañerismo humano, que podría haberlo sostenido en las tentaciones más fuertes. Algunos intentan relacionar este detalle con Sal 91:13, que es el verso que sigue las palabras que Satanás citó a Cristo (Sal 91:11-12).


NOTA: El contraste con la experiencia de Adán es interesante[7].

– Adán fue tentado en un huerto; Cristo fue tentado en un desierto.
– Adán fue tentado en una sola manera; Cristo fue tentado “en todo”.
– Adán estuvo acompañado por Eva; Cristo estaba solo.
– ¡Adán cayó en pecado! ¡Cristo resistió hasta el final!
– Cediendo a la tentación, Adán condenó la raza humana; resistiendo a la tentación, Cristo
salvó a los que confían en Él.


“…y los ángeles le servían

El verbo (‘diakoneo’) significa ‘servir a mesa’, e indica que los ángeles quizá le dieron de comer (al igual que lo hicieron con el profeta Elías; 1 Rey 19:4-8). Sin embargo, el verbo puede tener el sentido más general, de ‘servir’. Si lo interpretamos en esta manera, lo que Marcos estaría describiendo sería la presencia confortante de los ángeles, brindando a Cristo cualquier servicio necesario (comparar Juan 1:51).

Marcos no indica en qué momento los ángeles vinieron a servir a Cristo. El verbo está en tiempo imperfecto, que apunta a una acción continua (‘le estaban sirviendo constantemente’).
Pero, Mat 4:11 indica que los ángeles vinieron a atender a Cristo luego de los cuarenta días de tentación espiritual.

¡Qué tremendo privilegio para estos ángeles! Atendieron a Cristo durante estos días de conflicto espiritual. Aquellos que lo conocían como el Dios eterno, y lo habían visto en la gloria, ahora lo ven en su debilidad humana – ¡y le sirven! ¡Con qué asombro lo habrán hecho!


Al fin de estos cuarenta días de preparación y prueba, Cristo vuelve del desierto habiendo triunfado sobre el ‘hombre fuerte’, y habiéndolo ‘atado’. Ahora todo está listo para el inicio de Su ministerio terrenal.




APÉNDICE: “¿Pudo Cristo haber Cometido Pecado?”


Esta es una pregunta teológica que ha intrigado a muchos pensadores, y ha provocado una variedad de respuestas. Por un lado, algunos enfatizan la humanidad de Cristo, y concluyen que si Él realmente se encarnó, entonces tenía que ser a lo menos posible que Él cometierar pecado. De ser así, las tentaciones de Cristo fueron verdaderas tentaciones.

Otros, enfatizando la divinidad de Cristo, arguyen que siendo Dios, no era factible que Cristo cometiera pecado. ¡Satanás estaba intentando lo imposible! Porque Dios, por definición, no puede pecar. ¡Todo lo que Él hace es justo!

El problema con esta segunda interpretación, es que tiende a minimizar las tentaciones de Cristo. Si Él realmente no pudo caer en pecado (es decir, si no había forma alguna en que Satanás lo podía inducir a pecar), entonces las tentaciones no fueron verdaderas tentaciones; a lo menos, no fueron tentaciones como las que nosotros experimentamos.

A la luz de Heb 2:18 y 4:15, tenemos que afirmar la completa realidad de las tentaciones de Cristo. Pero, ¿podía Él, siendo Dios, realmente haber cometido algún pecado? Esto no parece ser factible; especialmente a la luz de lo que Cristo mismo dice en Juan 4:34; 5:30; 6:38, acerca de siempre hacer la voluntad del Padre.

La conclusión a la cual llegamos es que en Su humanidad, Cristo podría haber pecado. Al encarnarse, Cristo no asumió una naturaleza pecaminosa, pero sí, una naturaleza ‘pecaminable’ (es decir, que podía pecar). Si es que no cayó en pecado (como hombre), no fue porque le era imposible pecar, sino porque el Espíritu Santo lo mantuvo en constante obediencia al Padre. Por otro lado, en Su divinidad, Cristo indudablemente no pudo haber cometido pecado. Sin embargo, en forma encarnada, Dios (en Cristo) sintió la tremenda fuerza de la tentación de Satanás.

Edersheim lo resume en la siguiente manera: Cristo tuvo una naturaleza pecable (es decir, capaz de cometer pecado), en una Persona impecable (es decir, incapaz de pecar).





III. HOMILÉTICA


TEMA: “Conflicto Espiritual”

Todo creyente enfrenta un conflicto espiritual, a lo largo de su vida (Efe 6). Este conflicto se agudiza, cuando vamos a servir a Dios. Esto fue lo que ocurrió en la vida de Cristo en este momento.

¿Qué lecciones podemos aprender de este pasaje, acerca del conflicto espiritual en la vida del creyente?


1. El Origen del Conflicto (v.13)

El conflicto espiritual tiene su origen en Satanás (v.13), el gran enemigo de Dios. Es un ser espiritual (un ángel creado); es un ser malévolo (‘adversario’, ‘acusador’, etc). Es la ‘serpiente antigua’, etc.


2. La Naturaleza del Conflicto (v.13)

En el desierto, Cristo fue tentado por Satanás. El verbo significa ‘poner a prueba’; en este contexto, significa inducir a pecar. Lo que Satanás procura hacer es motivarnos a rebelarnos contra Dios (al igual que él lo hizo, hace tanto tiempo).

EJEMPLO: La tentación de Adán y Eva.


3. La Soberanía de Dios en el Conflicto (v.12)

¿Cuál es el papel de Dios en este conflicto?

i. Él está en control del conflicto. “el Espíritu lo impulsó al desierto” a ser tentado
por Satanás (ver Mat 4:1).

ii. Él protege en el conflicto. Cristo estaba con los animales salvajes. Seguramente
Satanás hubiera querido inducirles a atacar a Cristo, sin embargo Dios el Padre no lo
permitió (Sal 91:13).

iii. Él sustenta en el conflicto. Lo sustentó por cuarenta días (emocional, espiritual y
físicamente). En este caso, envió a los ángeles a servir a Cristo.


Conclusión

Tenemos que aceptar la realidad del conflicto espiritual.
Tenemos que dejarnos guiar por el Señor en este conflicto.
Tenemos que confiar en Él, durante el conflicto espiritual.




[1] La preposición que Marcos usa aquí no es ‘pros’, que significa ‘dirección hacia’, sino ‘eis’, que conlleva la idea de ‘ir hacia adentro’. La implicancia de esta preposición es que el Espíritu Santo guió al Señor a internarse en el desierto.
[2] Mateo y Lucas usan verbos más tranquilos (‘anago’ y ‘ ago’, respectivamente), que significan, simplemente, ‘llevar’ o ‘conducir’.
[3] “Fue enviado por el Buen Espíritu para ser tentado por un mal espíritu” (Jeremy Taylor).
[4] Moisés estuvo en el monte cuarenta días y noches sin comer (Ex 24:18; 34:28); Israel estuvo en el desierto cuarenta años (¡experimentando tentaciones! – Deut 8:2, 16); Elías pasó cuarenta días caminando hasta el Mte Horeb (1 Rey 19:8).
[5] Por ejemplo, 2 Cor 13:5 (“Examinaos”), donde el verbo ‘peirazo’ se usa como sinónimo de ‘dokimazo’ (“probaos”), que significa ‘evaluar’, para ver la calidad de algo (ver Lucas 14:19). Ver también Apo 2:2, donde el verbo ‘peirazo’ se usa de probar a personas que decían ser apóstoles, pero no lo eran. Aquí la prueba era externa, doctrinal.
[6] Mateo y Lucas usan el nombre o título, ‘Diablo’.
[7] Otros comparan este encuentro entre Cristo y Satanás con el encuentro entre David y Goliat.